viernes, 1 de febrero de 2008

PATRICIA ORTÍZ



DE AMORES


Los amantes buscaban albergue entre sábanas de alquiler. A través de las ventanas del hotel, algunos quereres caían y aullaban perdidos entre las vías.
El paso del tren y su traqueteo, hacían zigzaguear la pasión de cuarto a cuarto; los latidos del amor concebían nuevas campanillas azules en el alambrado.
Desde los vagones, algún amor transido miraba con desparpajo a la soledad.
Una puta rascaba los minutos, un pibe forzaba a su pene a una nueva erección. Una ex virgen lloraba por su himen, un casado inventaba promesas y excusas para dos. Entramos vos y yo en escena, acunando un nuevo amor. Cuando la excitación rugió, y entre azules eclosiones –libres de toda razón- a puro instinto, renacíamos, no escuchamos el silbato del tren ni el grito angustiante de otro amor, que atropellado moría.

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