domingo, 8 de junio de 2008

SEBASTIÁN JORGI

RAYUELA

La niña estaba jugando a la rayuela cuando apareció el muchacho
de anteojos claros. Era el señor Julio, su nuevo maestro. Se había
quedado mirándolo.
-Sigue jugando, Romi.
Ella así lo hizo.
Años después, en el secundario, se puso muy contenta al tener
de profesor de Literatura a su ex-maestro Julio. El se acordaba de ella y
aún la imaginaba jugando a la rayuela en el recreo. La adolescente supo
que el maestro alegre que había conocido, ya no existía. Se había con-
vertido en un profesor taciturno, que se entretenía escribiendo cosas
en una libreta.

Cuando Romina Pérez terminó la Facultad con la calificación de
Distinguida en la carrera de Letras, lo primero que hizo fue comprar la
novela que tanto éxito tenía y entonces supo el porqué de aquella
tristeza del profesor Julio. El título del libro le decía que jamás aquel.
maestro la hubo de olvidar: Rayuela. También de ella se había borrado
el corazón de niña. Un golpe de estado derrocaba a un presidente
constitucional.

Para siempre compartió la triste nostalgia de Julio Cortazar. Ahora
la rayuela era jugada por hombres enérgicos y audaces, por la llamada
Revolución Argentina, por la Argentina Potencia después y por el
Proceso de Reorganización Nacional, al tiempo.

"Rock Nena Linda"
Ed. Los Robinsones

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