sábado, 7 de febrero de 2009

SILVIA FAVARETTO


Cien Rosas Rojas Encerradas
En El Capullo De Mi Carne (la Carta)

Cuando lo extraje del sobre
como un presagio
la hoja de tu carta
me cortó el dedo.
Una herida sutil pero profunda,
típica del papel afilado.
La sangre chorreó en seguida copiosa
y andando por la calle
yo goteaba y
manchaba de amaranto el asfalto:
gotas de rubí derretido.
Dejo que esto sea
el ridículo hilo de Ariadna
para reconducirte a mí.
Recojo el dedo herido en el puño.
El corte quema y
la sangre que sale
corre en arroyuelos sobre la palma de mi mano.
El minúsculo río rojo
elige come madre los surcos de mi palma:
la línea de la vida, la de la salud
y la del corazón
inundadas de sangre.

del libro: "De La carne del tiempo"
-Venecia, Italia-

1 comentario:

Juan Carrizo dijo...

Poema atractivo por la manifestación de imágenes poéticas,un hilo conductor apropiado,la tajante carta que como un presagio te abrió una herida en el dedo¿abriría otras en el corazón?,inundada de sangre la palma de tu mano, amaranto color que te inunda el alma
aunque cierres el puño
no amainara tu dolor
ni encontraras la calma