miércoles, 11 de agosto de 2010

RUBÉN DE SANTOS


NOTICIAS

Dos, tres, cien días sin novedad.
El árbol da el plumón de su follaje,
la hembra da su vientre de promesas,
el albañil acude a su ladrillo
y el labriego a su tierra cruel.

Y van mil…un millón
De días sin novedad,
Donde el sol repite sus mañanas
Y la luna, algo más loca
Se permite insolencias celestiales.
Donde los mares y los ríos
Siguen acunando el vaivén
De las horas de los hombres.
Y el cielo…
Y la tierra…
Y la muchedumbre ociosa de las estrellas…
Vuelven y revuelven el sino sin noticia.

Van diez millones, diez mil millones
de días sin novedad.
Donde las esperanzas y los miedos
Tejen su red infame,
Donde las promesas y las plegarias
se repiten entre las sombras de la tarde,
en las escondidas culpas de los adolescentes,
en los turbios pecados de los viejos,
en los inefables reclamos de los débiles,
y en la progresión infame, copiosa, milagrera,
de ruegos y perdones, de cifras y consuelos.

Billones, trillones de días sin novedad,
así es la eternidad…
Y aquí yo espero…

-Buenos Aires-



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