viernes, 12 de noviembre de 2010

GUSTAVO TISOCCO


GUERNICA (de una pintura de Picasso)

Negro, negro con tintes de sangre -blanca-.
¿Se puede explicar el dolor?
¿Se puede llorar tanta rabia?

Un soldado muerto, impotente,
una flor en la mano que marchita sucumbe.
Arroja luz sobre los hechos
la dama con su farola.

Opresión, fascismo.

En un rincón la madre llora a su niño,
no hay abrazo suficiente,
no hay manos
que sostengan tal derrota.

Un caballo -pueblo español- herido
y un toro testigo de la barbarie.
Aún se escucha el grito
de una mujer en llamas
envuelta en el asombro
y otra que en cuclillas muere
pidiendo clemencia.

¿Sabrá algún Dios de tal desgarro?

Inocentes se desploman por el suelo
que alguna vez soñaron
de violetas intempestivas,
de fucsias perfumados,
de amarillos girasoles,
inocentes que se desploman en un suelo
que todavía hoy
es oscuro.

“Disculpen...” quedo en silencio.


-Buenos Aires-

3 comentarios:

betty badaui dijo...

El horror de la guerra, la pintura del genio y las palabras... Para que no olvidemos.
Es un gusto hallar tus palabras, querido amigo, va mi abrazo
Betty

Martha dijo...

El GUERNICA tiene una ventanita hacia un futuro mejor; entre tanto dolor hay una esperanza.
Muy interesante el poema, felicitaciones.
Saludos, Martha Grondona

Nerina Thomas dijo...

Nada de guerras en tus versos.
Lo vivido.
Lo visto.
El dolor que implica.
El poema que plasma el no olvido.