domingo, 8 de mayo de 2011

LINA CAFFARELLO



COROLARIO CELTA

Hacia la noche,
las hadas encienden sortilegios
y liberan espíritus antiguos
ocultos en las piedras.

El viejo roble,
morada de los dioses,
es el santuario que hechiza
la palabra del druida:
por cada letra, un árbol;
cada batalla, un mito.

Hogueras prodigiosas
celebran el triunfo de la tribu.
Rugen vibraciones.

Los ojos, bizarros, centellean.

-Buenos Aires-

1 comentario:

betty badaui dijo...

Tan sugestivo y mágico, me encantó.
Un abrazo.
Betty